1 de cada 5 valores del S&P 500 subió; momentum/growth (large) sostienen el índice; utilities y transportes en rojo
Buenos días,
La sesión de ayer fue el típico día en el que la locomotora del mercado (las mega-caps de crecimiento) tira con fuerza, pero el resto del tren (medianas, pequeñas y perfiles defensivos) viene frenado. En el marcador final, los índices “de cabecera” cerraron ligeramente en verde, pero la mayoría de acciones no participaron.
Piénsalo así: si miramos el escaparate (S&P 500, Nasdaq), parece que todo va bien; cuando entramos a la tienda (amplitud y factores), vemos pasillo tras pasillo con carteles rojos.
Qué se vio en pantalla
Índices:
Nasdaq +0,80 %, Nasdaq 100 +0,74 % y S&P 100 +0,68 %: subieron los grandes nombres.
S&P 500 +0,23 % y Dow +0,34 %: avances modestos.
Russell 2000 –0,54 % y S&P 600 –0,54 %: pequeñas y “small core” cedieron.
NYSE –0,46 % y Value Line –0,67 %: el “promedio del valor medio” cayó; síntoma claro de que la base no acompañó.
Transportes –0,68 % y Utilities –1,91 %: sectores que suelen validar ciclos/defensa, en rojo.

Amplitud (quién sube y quién baja):
S&P 500: 20,6 % de valores al alza y 79,2 % a la baja.
NYSE: 34,8 % vs 62,1 %. Nasdaq: 36,5 % vs 60,2 %.
S&P 100: 30 % vs 70 %. S&P 400 (mid): 23,8 % vs 75,8 %. S&P 600 (small): 32,7 % vs 66,2 %.
Dow Transports: 15 % vs 85 %; Dow Utilities: 0 % vs 100 %.

Lectura simple: subió el índice por la parte alta (pocas compañías muy grandes) mientras la mayoría cayó.
Factores y tamaños:

Lo mejor del día fue Large Growth (+0,75 %) y Momentum (large) (+0,36 %).
Low Vol (–1,20 % en large) y Quality (–0,56 % en large) corrigieron.
En mid y small, prácticamente todos los estilos (value, core, growth, revenue, momentum, low vol, quality) cerraron en rojo (entre –0,5 % y –1,1 % aprox.).
Qué nos está diciendo el mercado
Rally estrecho (poca “respiración”): cuando el índice sube con amplitud tan débil, el avance es más frágil. Si algún líder falla (resultados, guía, regulación), el índice lo nota de inmediato porque “pocos hombros” cargan con el peso.
Sesgo a crecimiento visible: los flujos siguieron buscando grandes compañías con historias claras (IA, software, plataformas dominantes). En días así, los fondos e índices muy concentrados en mega-caps lucen mejor que las carteras diversificadas.
Defensivos sin refugio: que utilities y low-vol caigan sugiere que no fue un día de “miedo” generalizado; fue selección: el mercado quiso riesgo… pero sólo en lo grande.
Mid/Small con lista de espera: la beta de mediana y pequeña capitalización necesita o catalizadores (resultados sólidos, relajación de tipos/fin del QT, mejora de crédito) o señales de ciclo (transportes, demanda interna) que ayer no vimos.
¿Y ahora qué? (lo que miramos a corto)
Resultados de las grandes: mientras continúe el “test de estrés” de mega-tech, el mercado seguirá top-down: si cumplen las referencias, el índice aguanta; si fallan una o dos, el rally estrecho se resiente.
Mensaje de banco central: con la expectativa de política menos restrictiva, el mercado ya descontó parte del alivio. Cualquier tono “menos amable” puede ampliar la debilidad de mid/small y factores defensivos.
Confirmación de amplitud: buscamos señales de mejora en la base: más del 50 % de valores subiendo, estabilizando y menos dispersión entre growth/quality/low-vol.
Señales que confirmarían un tramo más sano
Amplitud mejorando (≥ 55 % de valores al alza varios días seguidos).
Transportes dejando de ser lastre y Utilities estabilizando (menos estrés en “defensa”).
Convergencia por tamaños: que mid/small dejen de caer cuando sube el S&P; es la pista de que ya “no sólo tiran los de siempre”.
En resumen
Lo bueno: los grandes nombres siguen absorbiendo flujos y sostienen el índice.
Lo menos bueno: amplitud débil y mid/small flojas; cualquier tropiezo de los líderes se nota.
¿Qué está pasando con el factor calidad?
Durante años, he considerado el factor calidad como un pilar fundamental en cualquier asignación estratégica de activos. Invertir en empresas sólidas, rentables, con buena gestión financiera y modelos de negocio estables sigue siendo, para mí, la base de una cartera resistente y sostenible en el tiempo.
Sin embargo, el mercado actual está mandando un mensaje diferente: la calidad no está liderando. Y no porque las empresas de alta calidad estén fallando, sino porque el foco del mercado se ha desplazado hacia otro tipo de compañías.
¿Qué muestran los datos?
El MSCI USA Quality acumula un rendimiento de 15% en lo que va de 2025, ligeramente por debajo del índice general MSCI USA, que lleva un +18.3% YTD. Si nos fijamos a 1 año vista, el Quality ha subido un +14.1%, muy por debajo de factores como Momentum (+20.6%) o incluso Value (+23.9%).

Esta dinámica también se refleja en el gráfico de performance relativo: el factor calidad (Qy) muestra un rendimiento de –3.3% frente al índice en lo que va de año, mientras que otros factores como Value superan el +8%, y Momentum y Growth también aportan rentabilidades positivas.

La lectura es clara: las acciones de calidad están rindiendo decentemente (en $, al ser inversores en €, la divisa nos está lastrando rentabilidad), pero no están liderando.
¿Qué está funcionando y por qué?
Lo que estoy observando es que, mientras las acciones de alta calidad se están comportando en línea con el mercado, el rendimiento reciente está dominado por las acciones que tradicionalmente consideraríamos de baja calidad.
Cuando hablo de "baja calidad", no me refiero a empresas mal gestionadas, sino a compañías no rentables, de menor tamaño, altamente especulativas, que suelen estar ligadas a temáticas de innovación como inteligencia artificial, robótica, computación cuántica, energía nuclear avanzada, salud digital o criptoactivos. Estas empresas están siendo claramente premiadas en este entorno de apetito por el riesgo.
¿Puede revertirse esta tendencia a corto plazo?
Desde mi punto de vista, no inmediatamente. Y los datos lo confirman. Factores como Momentum y Enhanced Value no solo superan a Quality en 2025, sino que lo hacen también en ventanas más amplias como a un año o el último trimestre.
Tres razones pueden explicar esta dinámica:
1. El entorno macroeconómico sigue premiando el riesgo
Con crecimiento económico moderado y una Fed bajando tipos, los inversores no buscan refugio. Prefieren riesgo y potencial disruptivo, incluso si eso implica sacrificar calidad.
2. Las valoraciones están desalineadas
El diferencial de múltiplos entre empresas de alta y baja calidad sigue siendo amplio. Mientras las primeras cotizan a 25 veces beneficios, las segundas rondan las 12x. A corto plazo, este gap limita el atractivo táctico de la calidad.
3. El impulso sigue con las especulativas
La narrativa de innovación está en plena efervescencia. Y aunque puede parecer desconectada de los fundamentales, lo cierto es que los flujos de capital siguen empujando hacia ese tipo de activos. Esto puede prolongar la tendencia de outperformance de las acciones de baja calidad.
Otro elemento que estoy observando es el nivel de short interest sobre estas empresas especulativas: sigue elevado. Y eso abre la puerta a más short squeezes. Es decir, si estas acciones siguen subiendo, los gestores que están en corto se verán forzados a cerrar posiciones, comprando más y alimentando las subidas. Este fenómeno ya lo estamos viendo en varios sectores.
¿Qué estoy haciendo como inversor?
Quiero dejarlo claro: como asignación estratégica, sigo priorizando las acciones de alta calidad. Son el núcleo de cualquier cartera diseñada para resistir el tiempo, la volatilidad y los ciclos.
Pero también soy consciente de que el entorno actual no castiga el riesgo. Por eso, estoy adoptando una estrategia barbell: combinar la estabilidad de la calidad con una exposición táctica, y cuidadosamente seleccionada, a segmentos más especulativos o de baja calidad.
¿Cómo?
Mantengo exposición central a empresas de alta calidad, como base estructural de la cartera.
Complemento con selectividad en sectores de alto crecimiento o innovación, donde, tácticamente, sigo viendo potencial de outperformance.
El objetivo no es “apostar” por la especulación, sino capturar parte del impulso del mercado sin perder el equilibrio y la solidez estructural de la cartera.
Julio Estella de la Rica
Gestor Patrimonial
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